¿Qué puede ser mejor que despertarse por la mañana con un jovencito caliente dispuesto a hacerte correrse? Este chico sólo tiene 19 años, pero ya lleva un año siendo follado por su compañero de piso. Le gusta correrse por la mañana y siempre sigue el mismo patrón. Llama a la puerta, entra, le despierta acariciándole el culo y acaba dándole su desayuno: ¡un buen teub grueso y cremoso que le enchufa la cara hasta el fondo! Es una erección matutina garantizada y una necesidad imperiosa de ser follado. Pero no te preocupes: el compañero de piso nunca tarda en limar su dulce pasivo y rellenarlo hasta que se corre. Es una buena llamada de atención.