La vida de un buceador puede ser dura. Siempre en movimiento, en un barco en algún lugar del mundo, los jóvenes buceadores tienen poco tiempo para sí mismos. A veces, algunos de ellos se dejan tiempo para divertirse, lejos de los demás. El semen se ha acumulado durante semanas en los lisos y musculosos cojones del buceador y la necesidad de sexo es abrumadora.