Paulo Massa y su amigo negro esperan en un sofá a que entre un chupapollas. Cuando llega se pone de rodillas para adorar a los dos machos colgados. Trabaja lo mejor que puede en la polla de caballo de Paulo, estirando sus mandíbulas para dejar entrar el grueso poste... ¡Si es bueno, tendrá el placer de tener la cara cubierta de jugo!