La vida en el campo no es fácil: pocos tíos, muchas frustraciones y, en consecuencia, ¡muchas ganas de soltarse a la primera oportunidad! Este joven granjero suele ser introvertido, pero al pasar por la ciudad y ver un anuncio de un casting, tiene tantas ganas de pasarlo bien que hace caso a su polla en lugar de a su cabeza. Sobreexcitado, se masturba en 2 minutos. Está avergonzado, ha expulsado mucho semen, demasiado rápido. El equipo le pide entonces que siga limpiándose: ¡caliente como está, bien podría intentar correrse por segunda vez! Y no falla: una segunda salva de semen 5 minutos más tarde, igual de generosa. Este sí que sabe ordeñarse.